lunes, 25 de febrero de 2013

Yo ya no quiero ser mayor...

"¡Yo quiero ser mayor! ¡Yo quiero ser mayor! Y cuando sea mayor voy a hacer todo lo que yo quiera." Eso decía yo sin cansancio cuando a mi padre le entraba el síndrome del "no" y me impedía impúnemente cumplir mis deseos. Entonces mi padre siempre me decía que dejara de tener tanta prisa porque cuando fuera mayor me iba a arrepentir de mis palabras.

Y, como no podía ser de otro modo, la maldición de mi padre ha caido sobre mí de la manera más cruel. Yo quiero volver a ser una niña y poder dedicar las tardes en el parque, jugando al sol y tomando el rico bocadillo que prepara mamá. Esto de ser mayor no era tan divertido como yo pensaba. Es, sin duda ninguna, un rollo repollo.

miércoles, 20 de febrero de 2013

"Persuasion"


Ayer terminé de leer Persuasion, el libro que toca este mes en el club de lectura. Creo que cogeré la costumbre de exponer los libros que termino un poco en mi estantería para recordarlos antes de que pasen a un segundo plano y se limiten a coger polvo entre el resto de sus colegas.

Jane Austen siempre me ha fascinado. La imagino sentada en un escritorio, a media luz, escribiendo las historias de sus heroínas; de cómo sufren para salvar los convencionalismos sociales; de su dependencia a los designios masculinos; y de la utopía de conseguir un marido que aunara la conveniencia de estatus y de fortuna con el deseo de sus propios corazones. 

En sus novelas, de una manera suave y tremendamente realista, Jane presenta una parte de la sociedad inglesa de su época a través de su ojo crítico y observador. En Persuasion es donde he encontrado su crítica más mordaz. Jane ridiculiza los prejuicios aristocráticos hasta su máxima expresión y denuncia la frivolidad con la que se mide el valor de las personas por su dinero o su rango social dejando a un lado la moral, las emociones y la verdadera identidad que se esconde detrás de cada semblante. Otras muchas críticas afloran durante la lectura. De todas ellas, me quedo con la que hace casi al final de la lectura en los labios de su heroína, Anne Elliot: 

"Men have had every advantage of us in telling their own story. Education has been theirs in so much higher a degree; the pen has been in their hands. I will not allow books to prove anything."

("Los hombres se han aprovechado de nosotras contando su propia historia. La educación ha sido suya en mucha mayor medida; la pluma ha estado en sus manos. No permitiré que los libros prueben nada.")

lunes, 18 de febrero de 2013

"La Tropa"


Aquí está la tropa al completo, menos yo, que ando convenientemente escondida detrás del objetivo, aunque no con menos hambre y con la boca menos llena que los demás. Somos una tropa muy disciplinada que, de manera veloz, al menor indicio de salida a la vista nos organizarnos para salir tirando al monte o a donde haga falta; sin mucha ceremonia pero con mucho entusiasmo (y bocata, que no falte el bocata). 

Y este, es uno de los grandes placeres que he recuperado con mi vuelta a casa: los paseos por los montes y la cercanía de los que yo más quiero.

jueves, 14 de febrero de 2013

Un príncipe sin sangre azul


Hubo una vez una niña que soñaba, de las muchas que hay repartidas por el mundo. Todos los cuentos que leía por la noche tenían príncipes azules que rescataban a sus princesas de malvados dragones o de las manos grasientas de brujos malolientes. Como no podía ser de otro modo, ella también quería un príncipe perfecto y, como no encontraba ninguno al alcance que cumpliera sus expectativas, decidió inventarlo. Su amado era un espíritu del bosque que se disfrazaba de brisa para acariciarla el rostro y que, algún día, se haría visible ante ella para cogerla de la mano y llevarla a un mundo mágico en el que existían las hadas y en el que, protegidos de toda vileza humana, podrían ser felices por siempre.

Los años borraron las ensoñaciones infantiles pero cumplieron sueños nunca imaginados. Y así pasó, que en una playa de aguas frías, un día de primavera sin sol, encontró un príncipe sin sangre azul pero con las manos cálidas y el corazón feliz. Y, juntos, vivieron aventuras reales y se amaron con un cariño más profundo del que jamás vio cuento alguno. 

lunes, 11 de febrero de 2013

¿De dónde vienen estos guanches?


Para un caminante distraido pueden pasar desapercibidas esas formas geométricas impresas en la piedra. Nosotros somos distraidos por naturaleza pero en este caso tuvimos la suerte de que había un cartelón bien grande que anunciaba la entrada a este Parque Arqueológico de la Zarza (La Palma). 

Estas son las huellas de los pobladores de las islas anteriores a la conquista castellana que llevan dándome quebraderos de cabeza desde hace algunos días. Me fascina lo increíblemente difícil que resulta determinar su origen. ¿Fueron bereberes procedentes de África? ¿Vinieron por su propio pie o alguien los trajo con unas cuantas cabras para asegurar que hubiera un lugar donde recoger alimentos tras una larga travesía en el mar? ¿Ese "alguien" fueron los fenicios? ¿Y no es acaso posible pensar que los romanos los llevaran allí a modo de castigo? ¡Espera! A lo mejor eran los herederos de los atlantes. Bueno, ¡o celtas! Me ha faltado leer en alguna parte que eran extraterrestres ya que esta es una de las explicaciones más socorridas cuando no se tiene claro algo. El caso es que después de todo este jaleo yo no sé muy bien qué pensar y creo que simplificaré el asunto para que no me duela la cabeza. 

Pero lo cierto es que me siguen fascinando algunos de los interrogantes relacionados con estos "guanches". Una de las cosas que más me impacta es el escaso contacto que existía entre las siete islas. Entonces, como ahora, desde la costa se pueden avistar las otras islas fácilmente. ¿No tenían curiosidad? ¿O quizá tenían miedo de lo que pudieran encontrar en la otra orilla? Y, me pregunto yo, en un entorno natural tan difícil y reducido, ¿no sería una buena idea ayudarse los unos a los otros? Pero el caso es que parece que se mantuvieron aislados y, de este modo, aunque estos bereberes posiblemente llegaran a un tiempo a sus respectivas islas, sus diferencias les fueron alejando cada vez más. Tanto, que cuando los conquistadores trataron de usarlos como traductores de una isla a otra ya apenas se entendían.

Y lo curioso es que, en gran medida, estas siete islas vienen siendo tremendamente diferentes entre ellas en la actualidad, lo cual es muy sugerente aunque no deje de hacerme la vida un tanto más complicada de lo que me gustaría.

sábado, 9 de febrero de 2013

El gato de Arucas


Todos tenemos algo a lo que recurrir cuando nos sentimos tristes cuando el ánimo anda rozando las aceras. Yo me alegro el espíritu viendo fotos de gatitos. Mi aventura canaria pesa hoy mucho sobre mi ánimo. Veo una gran cuesta que asciende siempre hacia arriba y no sé si mis fuerzas me darán para llegar a la cima. Por eso, hoy solo quiero ver gatitos guapos y, para no alejarme demasiado de las islas, voy a recordar a este minino que con todo lo chulo que es, estaba haciendo uso del mobiliario urbano de una de las plazas de Arucas.


jueves, 7 de febrero de 2013

La caldera de Tejeda


Estamos en pleno corazón de Gran Canaria. Las playas están lejos y la arena suave y el mar han dejado paso a una tierra abrupta y volcánica. A nuestros pies se encuentra la Caldera de Tejeda sobre la que se levanta el Roque Nublo que una vez fue objeto de adoración aborigen. Desde aquí podemos ver la silueta tímida del Teide a lo lejos, de color azul, como pintara Velázquez las montañas.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Los niños de Santa Brígida


Pido perdón por la pobre calidad de la fotografía. Las prisas nunca fueron buenas. Está tomada en la placita de la iglesia de Santa Brígida en una parada cuando íbamos camino de Las Cumbres de Gran Canaria y, a pesar de sus grandes defectos, me parece especial por más de un motivo. 

El primero es que las nubes que bajan por las laderas allá al fondo me traen a la memoria un olor rico, fresco y húmedo que añoro. El otro son esos niños jugando. En mi último viaje a Gran Canaria me sorprendió el orgullo con el que los canarios recuerdan cada detalle de su historia. No sólo de los grandes eventos que quedan recogidos en los libros de historia sino también del rastro que personas de a pie dejaron tras de sí. Así, en este pueblo, se hace homenaje a todos los niños que han jugado y que seguirán jugando en esta plaza.

Y yo, que adoro a los niños y que me conmueven los detalles bonitos, me he enamorado de esta plaza.

martes, 5 de febrero de 2013

Ojalá fuera Toledo, pero es Arucas


Hoy me han regañado porque no estoy cumpliendo con mi promesa de subir una foto diaria. El caso es que la idea de este blog está resultando un completo desastre y, en muchas ocasiones, me abstengo de escribir sobre aquello de lo que en realidad me apetece porque me parece que no encaja con Toledo o con el formato de "una foto y pocas líneas". Pero intentaré rebelarme contra mí misma y dejar que el desastre continue su curso. 

La foto que hoy subo no tiene nada que ver con Toledo. Me gustaría que así fuera. Pero me resulta casi imposible. Mi cuerpo está en Toledo pero mi cabeza anda algo más lejos, allá, cruzando el mar. No me dejan hacer el examen de guía en Toledo. Desconozco el motivo pero sufro las consecuencias. Aún así, yo quiero ser guía. Esa resolución me ha llevado a hacer el examen donde me dejan y eso es en las Islas Canarias. Mi mundo ahora está allí y mi blog se adapta a mi devenir.

Por eso esta foto no es de Toledo, sino de la Iglesia de San Sebastián en Arucas en Gran Canaria. Muchos la llaman "la catedral" sin serlo. Bonito sitio Arucas aunque ya sé que la palabra "bonito" es simple. Un pueblito próspero antaño que guarda el encanto de su florecimiento en el siglo XIX a la sombra de cierta fábrica de ron, del trabajo duro de sus habitantes y de cierta cantera de piedra azul con la que se levantó esta llamada catedral que lidera el paisaje del valle.